Queridos amigos, he recibido hoy este correo, procedente de FIMIPEX (Federación de Militares Pensionados en el exterior) que paso a publicar dada su importancia y contundencia de sus planteamientos. No quisiéramos estar en la piel de los que cumpliendo órdenes, o por iniciativa propia, nos han abandonado a nuestra suerte. Tarde o temprano se hará justicia. A continuación el texto:
"Buenas Días o Tardes, según sea:
Numerosos artículos y denuncias se han escrito en torno a nuestra trágica situación como Militares Pensionados Residenciados en el Exterior (MIPEX). Se ha echado mano de todas las argumentaciones sociales y económicas involucradas y se ha invocado desde violaciones a principios constitucionales hasta Crímenes de Lesa Humanidad (CLH).
También se ha acudido a diversas instancias nacionales e internacionales con nuestras denuncias en la procura de apoyos, pronunciamientos o al menos una palabra de reconocimiento de esta absurda situación que vivimos, pero el“silencio cómplice” de autoridades e instituciones ha sido la malvada y criminal respuesta que recibimos, pese a haberlo hecho con respeto y observando todas las consideraciones a nuestros invisibles y mudos interlocutores.
Después de ello solo queda la rabia y frustración, pero no la entrega ni la renuncia a la defensa del derecho adquirido y la exigencia de la reparación del daño causado, así como el castigo que bien merecen, quienes, estando conscientes de este daño, dirigieron esta campaña de exterminio, discriminación selectiva y tortura contra ancianos que ya dieron la mejor de su vida por el país y están impedidos en su mayoría de sobrevivir sin el pago de su pensión. Pero también para aquellos que, ocupando posiciones publicas vinculadas con esta terrible situación y teniendo conocimiento formal de ello y guardaron ese “silencio cómplice” y cayeron en la omisión de su responsabilidad de proteger y velar por estos derechos vulnerados.
A todos ellos es deseo indicarles que ninguno podrá sustraerse de las consecuencias de sus acciones y omisiones, así dejemos en el último aliento en el intento de lograr la reivindicación que merecemos. Después no se diga que no sabían o que solo cumplían o seguían lineamientos u órdenes superiores, porque no habrá argumentos para defender lo indefendible que representa ver y promover la muerte por mengua y hambre a sus semejantes, por posiciones políticas aberrantes o principios morales alejados de toda lógica y comprensión: eso es solo cobardía y criminalidad y hoy Venezuela y los órganos públicos involucrados con la Administración de Divisas en su gobierno, son criminalmente responsables de la comisión sistemática y generalizada de delitos de Lesa Humanidad de los que se les acusara ante todas las instancias judiciales tanto nacionales como Internacionales.
Quizás se tarde o quizás se logren victorias parciales o ninguna, pero el mundo entero conocerá de sus nombres, su posición y la criminalidad de su accionar en la ejecución de las medidas que tanto daño nos causan como aquellos que guardaron silencio y omitieron el actuar a tiempo.