Estimado Sergio,
todos los venezolanos agradecen el estupendo reportaje del 8 de octubre de 2015, referente a los estudiantes venezolanos en el exterior. Lo hemos reproducido en el blog que hemos crado al efecto:
junto a otros informes.
El caso es que los jubilados venezolanos, dispersos por todo el planeta, estamos pasando por el mismo vía crucis que los estudiantes, con la gran diferencia de que somos personas mayores, muchos de más de 70 años (yo cumpliré 80 en febrero 2016), no podemos trabajar por múltiples razones, solemos sufrir enfermedades que requieren costosos medicamentos, etc., etc.
Por tanto, al igual que los estudiantes se han unido en un frente común para defender sus derechos (EVE, Estudiantes de Venezuela en el Exterior, en Madrid), también los jubilados estamos aunando esfuerzos en una organización (todavía en formación) llamada "Jubilados de Venezuela en el Exterior" que, de momento, dirijo yo en forma provisional.
Nuestro objetivo es presentar ante la opinión pública nacional e internacional, nuestro drama, nuestro grave problema. Hay jubilados y pensionados, dos categorías que sufren por igual.
Los pensionados son personas a quienes el gobierno de Venezuela les otorga una pensión mensual para sus gastos vitales. El equivalente a la Seguridad Social (Social Security), en los EEUU.
Los jubilados, por el contrario, son otras personas a quienes algunas instituciones (universidades, ministerios, militares, PDVSA, etc.) les han concedido una pensión, distinta a la anterior, por su trabajo, al final de su período activo, en muchos casos tras 30 años de labores.
En el primer caso, se supone que reciben un depósito mensual, pero ya hay meses de atraso.
En el segundo caso, los jubilados deben presentar ante lo que en su argot llaman "operador cambiario" (un banco), cada seis meses, por intermedio de un apoderado residenciado en Venezuela, unas carpetas conteniendo una serie de documentos que demuestran la legalidad de la solicitud. Las carpetas se presentan los primeros 45 días de cada semestre. Al ser aprobadas por el organismo que se ocupa de estos menesteres (CENCOEX, anteriormente CADIVI), el Banco Central de Venezuela (BCV) debe aprobar las divisas para la transferencia de fondos al jubilado. Pero no lo hace. Y por tanto, pasan días, semanas y meses sin que los fondos sean transferidos, a pesar de que las solicitudes han sido aprobadas por CENCOEX.
Debido a este enorme retardo, nunca antes experimentado (han habido algunos retardos en el pasado, pero nunca como ahora), los jubilados están sufriendo todo tipo de problemas. Desde el desalojo de sus viviendas, pérdida de enseres domésticos, cancelación de tarjetas de crédito, etc., etc., hasta prácticamente morir de mengua por falta de fondos para lo más elemental: comida y vivienda.
Esta terrible situación debe llamar a la reflexión al gobierno venezolano. Pero no lo hace. Y ante los interrogantes de los jubilados y/o pensionados se erige un muro de silencio. La respuesta a las preguntas es simplemente: "siga revisando la emisión de los códigos" (los códigos son llamados AAD y ALD e indican la disponibilidad de fondos por parte del BCV). Lo que representa, para muchos, una burla macabra.
Acudimos a usted, apelamos a su sensibilidad, para que, de ser posible, destaque usted nuestro drama en su periódico, muy leído por el pueblo venezolano y latinoamericano.
Si desea datos adicionales, estamos a su orden, basta con que nos lo comunique por vía de correo y le enviaremos lo que requiera. Hace unos días nos entrevistó, a tres jubilados residenciados en España, el periodista Guillermo D. Olmo, de la redacción del ABC de España.
También El Nacional y varias publicaciones digitales han destacado nuestro drama, como puede ver en las varias entradas al blog.
En espera de su consideración y apoyo, con todo respeto,
Miguel A. Megias
Profesor Titular (jubilado)
Universidad de Carabobo
Valencia, Venezuela
Estimado amigo Miguel,genial eso de enviar un correo al Nuevo Herald de Miami, le sugiero muy respetuosamente que el mismo correo sea enviado a las diferentes salas de redacción de los diarios de Venezuela, de esta forma haríamos mucho mas ruido,y lograríamos sensibilizar a las autoridades correspondientes,(notese que no uso autoridades competentes, si fueran competentes no estaríamos en esta situación) espero que mi humilde sugerencia sea tomada en cuenta por usted, y me reitero a su orden. Trabaje durante mucho tiempo en el área de la publicidad y medios de comunicación y se como se bate el cobre allí.
ResponderEliminarel terrible abuelo