Es evidente que la bajada considerable del precio del petróleo, que constituye casi el 100% de los ingresos de divisas de Venezuela, ha afectado el nivel de gasto del gobierno. Con un barril a $34 en vez de a $80 (o más), como en otros tiempos, está claro que hay que recortar. Y claro, han recortado a los más débiles, a los que no podemos reclamar con facilidad, a los que, además, no aportamos votos. A los jubilados que vivimos en el exterior. Tenemos ahora que competir (¿cómo? que alguien me lo explique...) contra importadores fantasmas, tarjetas de crédito a "raspacupos" (me dicen que muchos de estos viajan a Cuba) y quien sabe que más. En fin,... ¡Que estamos en las manos del Señor!

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